“Gobierne quien gobierne, las rondas no se venden” es uno de los lemas que predican las rondas campesinas desde hace 40 años de existencia, con la finalidad de bloquear todo intento de sometimiento y debilitación de la organización campesina por parte del poder político y económico.
La instauración de un “Estado Plurinacional” es el próximo escalón a alcanzar; para lograrlo, las rondas campesinas tienen el camino trazado “proponer una nueva Constitución Política del Perú”, indicó, Segundo Mendoza Vásquez, Presidente de la Federación de Rondas Campesinas de la provincia de Cajamarca.
En este camino, cuentan con su primera conquista, la publicación de la Ordenanza Regional N° 010-2016-GR.CAJ-CR que reconoce la existencia de pueblos originarios e indígenas en el ámbito de la región Cajamarca, que preexisten a la formación del estado, que utilizan denominaciones como: “pueblos indígenas”, “pueblos originarios”, “comunidades campesinas”, “comunidades nativas”, “rondas campesinas”, “pueblos ancestrales”, etc.
Segundo Mendoza, confirmó la participación de 200 dirigentes ronderos de la provincia de Cajamarca en el “XII Congreso Regional Rondero” a desarrollarse el 27 y 28 de enero en la provincia de Chota, donde se anuncia la participación de mil delegados de los 127 distritos de las 13 provincias de la región.
El dirigente rondero afirmó que la mayoría de distritos de Cajamarca ya eligieron sus delegados, en los próximos días se definirán en los restantes; para tal efecto, participarán en la reunión de coordinación provincial que se desarrollará el domingo 14 de enero en la ciudad de Cajamarca.
Las rondas campesinas, desde su creación el 29 de diciembre de 1976, contribuyeron a la pacificación de las comunidades campesinas invadidas por el abigeato, la delincuencia, combatieron el terrorismo y administraron justica sin que el Estado invierta un sol.
Así mismo, ayudaron al desarrollo de sus comunidades con la construcción de infraestructura educativa para el funcionamiento de las escuelas y colegios en sus localidades, construyeron y mejoraron puentes y caminos mediante trabajos comunales establecidos en las comunidades de acuerdo a los usos y costumbres.
Su lucha por la defensa de los recursos hídricos en Cajamarca para evitar la destrucción de las lagunas de Conga marcó un nuevo hito en el Perú, siendo Cajamarca el escenario de debate entre el campesinado y el Estado peruano emplazando a los gobernantes la necesidad de emigrar a un nuevo modelo económico para el Perú.
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