A lo largo de la historia el Estado ignoró a la masa rural que habita nuestro país mucho antes de la llegada de los españoles. Los campesinos, junto con los obreros, son el motor de la humanidad y durante miles de años han sido la pieza clave del desarrollo. Escatimar su papel histórico, es un desconocer los orígenes de la civilización.
En nuestro país, el campesinado sufrió la opresión de un sistema semifeudal en pleno siglo XX. Quedan para la posteridad las denuncias que hicieran connotados artistas y escritores, quien con sus plumas y pinceles retrataron el drama que vivía los “indios” como alguna vez la oligarquía llegó a llamarlos. Fue el gobierno de Velasco Alvarado, quien expidió el Decreto Ley 17716 –Nueva Reforma Agraria–, que cambió el nombre de “comunidades de indígenas” a “comunidades campesinas”; e, igualmente emitió el Decreto Ley 17718, que cambió el nombre del “Día del Indio” al “Día del Campesino”.
La Reforma Agraria significó la redención política y económica del campesinado. Tal es así, que en nuestra región, a mediados de los 70 surgen las rondas campesinas como organismo de autodefensa para enfrentar el abigeato. Su valioso aporte en la lucha contra la insania de Sendero Luminoso, pinta de cuerpo entero su valor. No podemos explicar a Cajamarca sin conocer el valioso papel de las rondas campesinas, creación nata de nuestra región.
El Gobierno Regional Cajamarca cree que aún tenemos mucho que transitar para poder llegar a atender a los hermanos del campo. Los grandes proyectos de riego, forestación, mejora de ganado, asociatividad, titulación de tierras, etc. van encaminados a crear una región donde el hombre que labra la tierra y guarece el ganado tenga un lugar preponderante. Vamos por buen trecho. No nos detendremos.
¡Feliz día del Campesino!
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