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Gregorio Santos no trabaja para las encuestas, respalda una causa justa

15-06-2012
Y si el Perú ha decidido darle un 33% de aprobación (Datum Internacional), esto lo consolida como líder regional y lo proyecta como inminente figura nacional.

El cinco (5) de junio del año pasado (2011), Ollanta Humala ganó las elecciones presidenciales en Perú con el 51.44 % ante Keiko Fujimori. Cerca de dos meses después asumió la jefatura nacional jurando por la Constitución de 1979, congruente con sus innumerables discursos en contra de la carta magna del 93 acomodada por los fujimoristas a la exacta medida de los grandes capitales.

Meses antes de ganar las elecciones había criticado duramente a las empresas mineras por su enorme irresponsabilidad ambiental y social, llamó a la realización de un paro en Cajamarca en contra de Newmont Yanacocha, y prometió priorizar el agua antes que el oro: “porque ustedes no toman oro, no comen oro, pero nosotros tomamos agua, nuestras criaturas toman agua”, solía decir. Y entonces ganó la elección porque significó la esperanza del pueblo que reclamaba justicia.

Sin embargo, cumplidos los primeros 100 días de gestión, la prensa desnudó a Humala: “Todo lo firmado va”, dijo, en respuesta a una pregunta lanzada por un periodista capitalino sobre si Conga iba o no. De allí en adelante la historia es otra. En respuesta a este discurso, Cajamarca se levantó para defender por sus propios medios lo que Ollanta prometió: agua antes que oro. Por su parte el otrora crítico de las mineras, ahora sentado en el gobierno, tilda de intransigentes y terroristas a los que optan por recordarle constantemente sus ofertas electorales.

De la mano de Valdés y otros fujimoristas como Wilber Calle (ministro del Interior), Humala militariza Cajamarca. Ya no pisa la ciudad, sino que sobrevuela sus aires para ver desde arriba toda lo que ocurra. Lo que para él, antes de ser presidente, el agua era primero en relación al oro; ahora en cuanta reunión, viaje u oportunidad que tiene no se cansa de decir que, agua y oro son compatibles. pero no hace nada por mover almenos una “coma” de las las leyes mafiosas que blindan a las mineras, y menos muestra disposición a cambiar la Carta fujimorista del 93. Habla de minería responsable, pero no hay leyes que la respalden.

Producto del movimiento social cajamarquino cayó un gabinete y en adelante sobrevinieron muchas protestas en el país; entre las más emblemáticas después de Cajamara está la de Espinar (Cusco) que puso a su alcalde óscar Mollohuanca tras las rejas sólo por defender el medio ambiente. La orden de su detención, a las claras, la dio el Ejecutivo desde Lima. El actual gabinete tambalea y sólo apela a la represión en busca de imponer caprichos con rostro de “desarrollo” que nunca llega.

Los constantes errores e incumplimiento de promesas electorales le ha pasado la factura al líder del levantamiento de Locumba. En el último mes su aprobación ha bajado 12 puntos porcentuales y todo hace parecer que seguirá bajando, mientras el ministro Valdés siga gritando a los cuatro vientos que el presidente debe olvidarse de sus promesas y que Conga va de todas maneras, aunque la gente no quiera – con razón-.

“Perú 21” dice que la mayor desaprobación de Humala se registra en la zona urbana (51%), y que su respaldo más alto está en el área rural (44%). Lo de la zona urbana podría ser cierto, pues hay que recordar que la elección la ganó por una abrumadora votación de la zona rural. En tanto en la zona rural, nos parece una cifra mentirosa. ¿Cómo puede tener mayor aprobación en la zona rural si de acuerdo al último informe de la Defensoría del Pueblo, en el gobierno humalista se han incrementado en 29 los conflictos sociales, y en su mayoría son medioambientales cuya competencia la tiene el Gobierno Nacional, con 157 casos (64,6%)?.

PRESIDENTE GREGORIO SANTOS

En Cajamarca uno de los rostros más visibles que difiende el medio ambiente junto a Marco Arana e Idelso Hernández, es el presidente regional Gregorio Santos. Su posición en defensa del agua y contra la explotación minera en cabecera de cuenca ha puesto al descubierto la debilidad del gobierno humalista. La llamada “gran prensa limeña” al no poder traer abajo los argumentos de Santos, ha empezado hacer encuestas buscando desestabilizarlo. Perú 21 en su edición del viernes 15 de junio dice que el 50% no quiere que el presidente cajamarquino siga en el cargo y que el 33 % sí (Perú 21 - Datum).

No pretendemos decir que Gregorio Santos tenga más o menos aceptación. El tema central es que Ollanta Humala ha incumplido sus ofertas electorales y eso se refleja en todas partes, especialmente en quienes apostaron por él, lo diga o no Perú 21 u otro medio de comunicación. La caída evidente en su aprobación muestra el desacuerdo de la mayoría de peruanos que buscó en él un cambio de rumbo del país.

Gregorio Santos no está trabajando para las encuestas, como lo ha mencionado alguna vez, ni menos hace campaña electoral, como dice el ministro René Cornejo -a media voz- sino que, enarbola una lucha en respaldo a su pueblo que lo eligió, que durante 20 años de minería sólo respira contaminación, marginación y olvido.

“Conga no va” está metida en la mente de la gente. Y si Perú 21 y otros medios pretenden minimizar la lucha diciendo que obedece a ideas “radicales”, no se equivocan, porque Cajamarca exige un cambio de modelo desde la “raíz”, - ese es su verdadero significado- un giro a las políticas nacionales; en otras palabras exige cambios con ideas provenientes de lo más profundo del pensamiento, luego de un análisis exhaustivo, bien pensado y sentido.

Sin embargo, para la ultraderecha el termino “radical” es usado de manera peyorativa como si fuese algo malo y de eso se cogen despectivamente. Cajamarca exige cambios porque está consciente de que este sistema capitalista no da para más, y por eso los países “desarrollados” de Europa y Norteamérica andan pidiendo auxilio a los países pobres para estabilizar su economía, ingresando más metales preciosos a sus arcas para respaldar su alicaída moneda. Los pobres salvando a los ricos.

Los liderazgos verdaderos se construyen con trabajo y siendo consecuentes con la palabra empeñada. Y eso es lo que hace el presidente cajamarquino. Si el pueblo peruano ha empezado a respaldarlo con el 33 %, quiere decir que está de acuerdo con la nueva política nacional que propone. De otro lado, sobre el supuesto llamado de Santos a sacar al presidente Ollanta, el 41% opina que no es un delito y por lo tanto está diciendo que urge una nueva Constitución, porque ese fue realmente el llamado del líder cajamarquino el pasado 5 de junio.

Para ilustrar mejor lo descrito, Ud. puede ver el siguiente vídeo, para lo cual le dejamos el link de acceso: http://www.youtube.com/watch?v=eJK9Lch4u4U

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