El Gerente de Desarrollo Social. César Aliaga Díaz, refirió que Cajamarca ha sentido la sensible partida de un personaje que ha logrado contribuir de manera tenaz a la identidad andina, chola del Perú.
Si bien es cierto, que Abanto Morales nació en la ciudad de Trujillo (25 de agosto de 1923), se identificó con la región Cajamarca. La provincia de Cajabamba lo acogió como su hijo. Las tradiciones cajamarquinas las tomó como suyas y era un amante de la danza de los diablos de la tierra de José Sabogal.
César Aliaga recuerda una anécdota familiar. “Hace muchos años Abanto Morales tuvo problemas con la justicia peruana, pertenecía al grupo de cantores y poetas populares perseguidos por la dictadura de Odría y se apareció en la casa de mi abuela en Celendín solicitando protección y mi abuela lo ocultó durante esa época de persecución en una casa familiar que teníamos en Oxamarca”, asegura.
“A raíz de esta experiencia, cuando fue a la ciudad de Lima, gravó dos canciones recogidas de esa experiencia: De Oxamarca soy Señores y La Flor de Papa. Las letras de estas canciones recoge la experiencia a partir de la convivencia con el pueblo”, prosigue Aliaga Díaz.
El funcionario regional asevera que “Abanto Morales recogía las manifestaciones más típicas de nuestro Perú, por eso que fue un cantor tan querido, tan entrañable y hoy extrañamos su presencia”.
“Queda recordarlo como un trabajador del arte, un cultor del arte popular e intentó que sus oyentes se sientan orgullosos de sus orígenes, una filiación a un pueblo maravilloso como es el Perú, un pueblo andino, un pueblo trabajador, un pueblo campesino”, narra un emocionado César Aliaga.
Finalmente dice que la canción Cholo soy, es el canto más fuerte de identidad, en la que con poco, nada nos falta. “Por eso no pedimos nada, sólo respeto y eso es un canto que puede ser un segundo himno nacional”, sentenció.
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