Aníbal Zamora Vallejos, sufrió un derrame cerebral hace 6 años que lo dejó parapléjico. Iván Benavides Castañeda cayó de una casa y se fracturó la columna quedando inválido. Podemos narrar su angustia, sufrimiento e incluso la discriminación que soportan a diario Aníbal e Iván; sin embargo, son dos historias de perseverancia, voluntad y esperanza para aquellos que nos lamentamos a diario.
Las personas con discapacidad triplican esfuerzos para realizar sus actividades diarias, y la mayoría necesita la ayuda de algún familiar para poder trasladarse. Sin duda situaciones muy adversas.
Una silla de ruedas es fundamental para su vida diaria de estas personas; y la Oficina Regional de Atención a la Persona con Discapacidad – OREDIS del Gobierno Regional de Cajamarca así lo ha entendido.
Mediante un convenio con el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables y el Consejo Nacional para la Integración de la Persona con Discapacidad – CONADIS, se logró gestionar sillas de ruedas y equipos de ayuda biomédica que han sido distribuidas a beneficiarios de toda la región Cajamarca.
Existen miles de historias como el de Iván y Aníbal que le han hecho frente a la adversidad y deciden salir adelante a pesar de todo.
“Una vez escuché en la radio que hay discapacidades que no son físicas o mentales, sino del corazón. Esa reflexión permitió auto ayudarme, porque de la noche a la mañana dejar de caminar, afecta tu salud mental y psicológica”, cuenta Iván mirando al cielo como si recordara aquel trágico accidente.
Ambos saben que no hay tiempo para lamentos; y demuestran que ellos pueden hacer cosas que quizás creemos imposibles. Son héroes extraordinarios que han encontrado la fuerza de perseverar y resistir a pesar de los obstáculos.
“Cuando tuve derrame cerebral sufrí mucho y no sabía si era capaz de llevar una vida en esas condiciones. Mi familia me ayudó mucho, pero sobre todo fue Dios quien me dio fuerzas, sabiduría y valor para no decaer”, señala Aníbal, quien tiene muchas dificultades para expresarse.
Zamora dijo estar muy agradecido con su silla de ruedas. “Será de una gran ayuda para mí y menos carga para mis familiares. Estoy muy contento, que bueno que haya personas con buen corazón en este mundo”, agrega.
Mientras que Iván Benavides asegura que todo está destinado en un propósito de Dios para cada ser humano. “Dios tiene un plan para nosotros, un valor para cada vida, sim importar la discapacidad que tengamos”, sentenció.
Las sillas de ruedas fueron adquiridas gracias al Instituto Nacional de Rehabilitación del Ministerio de Salud y se seguirá trabajando de manera articulada con el gobierno central en beneficio de más personas que han sido excluidas por años.
Estas personas serán más independientes, las lágrimas han sido reemplazadas por una sonrisa en su rostro, le cantan a la vida y empujan la rueda con mayor fuerza y esperanza, porque en esta vida nada es imposible.
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