Los recursos naturales son el conjunto de elementos que se encuentran en la naturaleza de
forma no modificada que tienen alguna utilidad actual o potencial para el hombre, pues pueden
ser aprovechados para satisfacer sus necesidades, escasos con relación a su demanda actual
o potencial. En ese sentido, el artículo 3° de la Ley N° 26821, Ley Orgánica para el
Aprovechamiento Sostenible de los Recursos Naturales y el artículo 84° de la Ley N° 28611,
Ley General del Ambiente, establecen que son recursos naturales “todo componente de la
naturaleza, susceptible de ser aprovechado por el ser humano y que tenga un valor actual o
potencial en el mercado”.
Los recursos naturales, en función de su capacidad de autorrenovación, se clasifican en
renovables y no renovables. De acuerdo a la definición establecida por Carlos Andaluz1, son
recursos renovables “aquellos que usados de modo sostenible son duraderos porque se
autorrenuevan por resiliencia, que es la capacidad de autoregeneración y de autodepuración
que tiene la naturaleza y un recurso renovable.” Los recursos no renovables son aquellos que
cuyo aprovechamiento lleva a la extinción de la fuente productora, dado que estos no se autorenuevan.
Basados en el concepto de desarrollo sostenible esbozado por la Comisión Brundtland, las
políticas de los Estados en materia ambiental deben estar orientadas a que el uso y
aprovechamiento de los recursos el día de hoy se realicen de manera tal que permitan a las
futuras generaciones tener acceso a los mismos recursos (sino en cantidad, en calidad) para
su aprovechamiento, goce y disfrute. Esto sin lugar a duda requiere la intervención positiva del
Estado a través de las diversas herramientas que posee, dado que el mercado no es por si
mismo un agente capaz de lograr el objetivo trazado.
Esta necesidad fue reconocida en la V Cumbre de Jefes de Estado y Gobierno de los Países
de América Latina y El Caribe; en donde si bien no se llegó a ningún acuerdo concreto respecto
a la problema ambiental, la Declaración realizada por los países asistentes aboga por “patrones
de consumo y producción más sostenibles, procurando el uso sostenible de recursos naturales,
entre otros por medio de la capacitación, la cooperación científica y tecnológica y la promoción
de flujos de inversión y financiamiento, para que la protección del medio ambiente sea una
realidad en ambas regiones. Para este propósito, tomaremos en cuenta las particularidades
sociales, económicas, culturales y medioambientales de cada país”.
El término “aprovechamiento sostenible” (o desarrollo sostenible, sustentable o perdurable)
puede ser definido como: "el desarrollo que satisfaga las necesidades del presente sin poner
en peligro la capacidad de las generaciones futuras para atender sus propias necesidades"2.